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Toma de Perspectiva:
En un entorno grupal, un trabajador juvenil detecta un conflicto entre dos participantes. Al
practicar la toma de perspectiva, el trabajador considera el punto de vista de cada individuo, les
ayuda a comprender los sentimientos del otro y facilita una conversación para resolver el
conflicto de manera constructiva.
Estrategias para desarrollar habilidades
de empatía y toma de perspectiva:
Participar plenamente en las conversaciones sin distracciones.
Observar señales no verbales para obtener una comprensión más profunda.
Evitar preguntas cerradas para promover un intercambio más completo.
Realizar actividades donde se adopte el punto de vista de otros.
Explorar puntos de vista diversos en la literatura.
Discutir temas y perspectivas para mejorar la comprensión.
Actividad: Simple, con pocos recursos, como una dinámica de activación.
3.2 - Conciencia y Sensibilidad Cultural
El objetivo es que desarrollen una comprensión de diferentes culturas, tradiciones y costumbres
para fomentar una actitud abierta y no juzgadora hacia la diversidad cultural.
Teoría:
Comprender las diferencias y similitudes entre uno mismo y otras culturas, sin asignarles un
valor. Básicamente, evitar juicios basados en distinciones culturales. La conciencia y sensibilidad
cultural implican reconocer las diferencias culturales, evitar juicios y fomentar comportamientos
positivos.
Relación con el trabajo juvenil:
Los profesionales en el trabajo juvenil deben ser conscientes de su propia cultura, creencias,
prejuicios y perspectivas del mundo. Esta autoconciencia asegura que las respuestas hacia
jóvenes de diversos orígenes sean empáticas y no juzgadoras.
La sensibilidad cultural reconoce que los jóvenes de contextos de refugiados y migrantes
enfrentan presiones particulares, lo que requiere respuestas personalizadas para abordar los
desafíos específicos que puedan enfrentar. Al ser conscientes de los matices culturales, los
profesionales crean espacios donde los jóvenes diversos se sientan comprendidos y valorados,
fomentando un entorno inclusivo en el trabajo juvenil.
Comprender la naturaleza dinámica de la cultura, reconocer presiones únicas y emplear un
enfoque basado en fortalezas son componentes esenciales.
Las actitudes no juzgadoras mejoran la efectividad de las intervenciones en el trabajo juvenil.
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