Page 20 - Digital handbook - Spanish

Cómo se relaciona con el trabajo juvenil:

Debido a la ola de globalización, los trabajadores juveniles de hoy se enfrentan cada vez más a
culturas y religiones muy diversas, que deben ser comprendidas, aceptadas y clasificadas en sus
diferencias.
El desarrollo de habilidades interculturales permite a los trabajadores juveniles tratar
respetuosamente con otras culturas, aceptar sus puntos de vista y valores sin emitir juicios y
responder de manera adecuada, sin descuidar su propio trasfondo cultural.

Escenarios de ejemplo:
Dos estudiantes con pañuelos en la cabeza son excluidas por sus compañeros debido a su
vestimenta tradicional y su visión de la religión. No son aceptadas porque sus compañeros no
comprenden su perspectiva del mundo. En este punto, es responsabilidad del trabajador juvenil
identificar la situación. Gracias a su competencia intercultural, el trabajador juvenil puede mediar
entre ambas partes: explica qué significa la burka para las jóvenes, cuál es su perspectiva del
mundo y, por otro lado, explica a los estudiantes cómo es la vida en el entorno (la escuela, el
país) y qué efecto puede tener la vestimenta tradicional y extranjera en los jóvenes. A través de
esta intervención, el trabajador juvenil genera un entendimiento respetuoso entre ambas partes
y crea una situación de confianza.

Estrategias para desarrollar habilidades interculturales y de comunicación:
Examina tu propia cultura y otras culturas a través de experiencias como estancias en el
extranjero, para diferenciar tu cultura de las demás.
En situaciones de conflicto, reflexiona sobre tu propio comportamiento y el de otras
personas, observándolo objetivamente para identificar dónde estuvo el error. En el mejor de
los casos: realiza un cambio de perspectiva.

Escucha con atención para evitar malentendidos lingüísticos. Si no entiendes algo, pregunta
nuevamente y pide que te lo expliquen.
Acepta a tu interlocutor tal como es y esfuerza por comprenderlo en sus pensamientos y
acciones. ¡Sé empático!

Incorporando estos resultados de aprendizaje en los programas interculturales, los educadores
pueden contribuir al desarrollo de individuos integrales que posean las habilidades y actitudes
necesarias para una interacción social efectiva, empatía y conciencia cultural, entre muchas otras
subcompetencias.

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