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06 Colaboración con padres y comunidades
Al crear e implementar programas educativos inclusivos para personas con discapacidades, los
profesionales deben comprender las sutilezas de la discapacidad y los recursos necesarios para
garantizar una educación de alta calidad y equitativa para los estudiantes con discapacidades. La
forma más efectiva de entender las complejidades y necesidades de la comunidad de personas
con discapacidades es colaborar y trabajar con las Organizaciones de Personas con
Discapacidades (DPOs).
Involucrar a los padres y a la comunidad en general (trabajadores sociales, monitores juveniles,
tutores, etc.) es esencial para apoyar la educación inclusiva. Como menciona la OCDE (2023), la
tecnología en la educación amplía sus beneficios más allá del aula, mejorando las conexiones y la
comunicación entre los padres, las escuelas y la comunidad en general. Facilita una mayor
colaboración al permitir que los padres se involucren más fácilmente con las escuelas a través de
herramientas digitales.
Por ejemplo, los servicios de traducción digital ayudan a los hablantes de idiomas no nativos a
participar de manera más plena, y las reuniones virtuales pueden superar barreras logísticas
como el cuidado de los niños, los horarios de trabajo y los problemas de transporte. Sin embargo,
persisten desafíos, como el tiempo limitado de los padres debido al trabajo y las
responsabilidades familiares, especialmente en familias monoparentales, y la falta de habilidades
digitales, que pueden dificultar el apoyo efectivo al aprendizaje digital de los niños.
Para que las herramientas digitales sirvan verdaderamente a las necesidades de sus usuarios,
incluidos padres y docentes, es fundamental considerar sus comentarios durante el desarrollo y
la supervisión, con el objetivo de lograr resultados educativos equitativos e inclusivos (resumido
a partir de OCDE 2023, 30).
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